Cada vez más rico, pero muy caro y no son capaces de darte una probada de un mezcal que para saber si lo pides. Cosa que en muchos restaurantes, incluso de precio menor, sí te lo permiten.
Una increíble casona colonial convertida en un restaurante de delicias precoloniales. Para venir con muchas expectativas, un estómago y mente abiertas.
No hay desayunos, te hacen la salsa en un molcajete que es la novedad para los extranjeros, la comida está pasable. EL lugar es muy bonito, y un poco caro un precio promedio por dos personas 800 pesos