El filete cabrales es una verdadera delicia. Toda la comida está exquisita y hay una atención super personalizada tanto de los meseros como del chef y la sommelier.
La comida es espectacular, tienen que probar las jaibas desnudas y el helado de queso de cabra, son de antología. Revisen la carta de vinos muuuuy ingeniosa
Recomiendo para acompañar la rica comida Louis Roederer Brut (Champagne), Timbrach Pinot Blanc (Vino blanco de Alsace), Titan del bendito do toro (Vino tinto)