Extremadamente lento el servicio y mala atención. La comida y quesadillas buenas. No vale la pena esperar tanto y padecer el lento servicio por la calidad de la comida.
Quieren que ordenes bebidas sin darte los precios. Te cobran 15% de propina obligatorio y la mitad de los meseros te atienden de mala gana. Además, ¿por qué carajo siguen cobrando cubierto?
Pésimo detalle, el cobro de cubierto. El lugar es agradable, pero su comida no es nada excepcional: probé unos tamales que, además de estar fríos, tenían un sabor muy mediocre.
El lugar sólo vale la pena por la vista. Los baños horribles, el inmobiliario feo y lo peor: el dueño que no te ofrece opciones para grupos grandes diciéndolo "amablemente"